Artículo escrito por Núria Lao, presidenta del Observatori Dona, Empresa i Economia de la Cambra de Comerç de Barcelona
“El estrés es una respuesta adaptativa de nuestro organismo destinada a movilizar recursos energéticos, a corto o a largo plazo para solventar una demanda del medio” (Redolar Ripoll, 2011).
El estrés continuado y a largo plazo requiere mucho gasto energético y nuestros otros sistemas se acaban debilitando pudiendo deprimir o dañar nuestro sistema inmunitario.
Según Burin (1992) las mujeres somos “un grupo social que padece condiciones opresivas de existencia especialmente en sus vidas cotidianas”. Estamos sometidas a un estrés prolongado debido a las exigencias en la vida laboral y familiar.
Los principales causas desencadenantes del estrés, en directivas y empresarias con un rol ejecutivo, más allá de las situaciones económicas concretas, es el choque continuo de nuestras características diferenciales (propias de nuestro género) con los roles culturales derivados de una sociedad patriarcal.
El estilo de liderazgo masculino (entendido como una forma de liderazgo no exclusivamente de hombres) como construcción social, nos oprime y no nos permite poner en práctica ni desarrollar el modelo natural propio (de nuestro género).
Debemos sobre esforzarnos continuamente para adaptarnos a un ambiente que para nosotras no es el natural y que además se ve en muchos casos “defectuoso”.
Según Mercedes Abianda, coordinadora del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, de Atención a la Mujer, en un artículo afirmaba que “hasta que no logremos el ideal de paridad, las enfermedades cardiovasculares y las relacionadas con el estrés y la ansiedad seguirán a la cabeza de las patologías femeninas”.
Mientras que este escenario no sea el óptimo (según los cálculos de Viviane Reading aún tardaremos unos 50 años) deberemos continuar conviviendo con las consecuencias de esta situación.
A este estrés laboral, se suma el estrés generado por la responsabilidad del cuidado de nuestras familias. Según el estudio hecho por el ODEE de la Cambra de Comerç de Barcelona “La pérdida de Talento Femenino en el sector privado en Cataluña” (2012), se relevaron datos importantes sobre la carga familiar en trabajos domésticos y de cuidado a las personas.
En un día entre semana el 60% de mujeres dedica al menos 3 horas a hacerse cargo de estas tareas y un 34% dedica 5 o más horas, mientras que entre los hombres un 9% se exime completamente de este trabajo y el 53% dedica 1 o 2 horas como máximo.
La conciliación y la corresponsabilidad, como podemos ver, hoy en día aún es un reto y quizás deberemos esperar unos años más para empezar a ver algún cambio sutil.
Con este panorama, sólo podemos hacer tres cosas: luchar para revertir nuestros roles (cada una de nosotras desde la situación que ocupamos) ; la segunda es convencer a nuestros compañeros y educar a nuestros hijos/ hijas en la igualdad. Y finalmente la tercera, que es la única que realmente está en nuestras manos por completo, es velar por nuestra salud, cuidarnos.
Por esta razón desde el ODEE, apoyamos la iniciativa del Women 360º Congress que tendrá lugar el próximo Octubre en Sant Cugat. Será una gran oportunidad para que reflexionemos sobre la necesidad que tenemos, como mujeres y en clave de género, de dar importancia a la salud, como parte vital de nuestra cotidianidad.
Núria Lao, Presidenta de l’Observatori Dona, Empresa i Economia
de la Cambra de Comerç de Barcelona
Web: http://www.donaempresaeconomia.org/
Twitter oficial: @odeecambra
Twitter personal: @nlnuli