Artículo de Miquel Bonet, Profesor de la Universidad de Barcelona, experto en Liderazgo y autor de varios libros como «Búscate la vida» Este artículo ha sido publicado en Informaria Digital
Vivimos momentos excepcionales en que los ruidos de este confuso entorno parecen ahogar las buenas palabras y las iniciativas de mucha gente que, con esfuerzo y trabajo, nos recuerdan que otra forma de dirigir es posible si pensamos en una economía más cooperativa, solidaria y ética, que se preocupe mucho más del desarrollo de las personas, que de los productos que en su mayoría ni siquiera necesitamos.
Y en estos tiempos tan complejos también suceden acontecimientos que invitan al optimismo de reinventarse. Una de estas cosas buenas de este inicio de otoño ha girado, y no es casualidad, en torno a la figura de Teresa de Jesús, escritora, santa y sobre todo emprendedora, cuya lección de vida, más allá de su genialidad, es, desde mi modesta opinión, un enorme referente de liderazgo femenino, aplicable perfectamente a los momentos de ambigüedad al que se avocan muchos empresarios y empresarias, enfrentados a un mundo global, competitivo y que necesita completarse cada día con innovación para que siga fluyendo la economía.
No sería casualidad que en día tan señalado como el pasado 15 de octubre, mientras presentábamos con mi experto colega el Dr. Jaume Llacuna, una jornada en Ciencias del Trabajo, de la maravillosa Universidad de Granada, compartiendo con los asistentes la realidad de Teresa de Jesús como “una monja contemplativa que trabaja y un referente de liderazgo femenino”; en este mismo día se reunían en Barcelona con motivo del Women 360º Congress, centenares de mujeres, directivas, empresarias y profesionales para hablar y analizar la forma de dirigir en femenino que, en mi opinión, es mucho más que una complementariedad, ante los retos que nos depara un futuro incierto.
Entiendo que el rol más importante del líder, además de esta visión y misión que le lleva a perseguir sus objetivos, alineando recursos materiales y humanos, debe ser el compromiso individual de llevar adelante este proyecto con independencia de otra condición como edad, sexo o posición. Y este liderazgo debe ejercerse desde la ética y con el propósito de generar riqueza y bienestar tanto a las personas que coinciden en el proyecto como a la propia sociedad.
A través de mi experiencia personal como ejecutivo vinculado, en los últimos 20 años, al mundo de los recursos humanos complementada con la formación en competencias transversales impartida en la universidad, escuelas de negocios o la formación in-company, he descubierto que no existe una sola forma de liderar, que además la complejidad de las empresas y las personas impone sistemas diversos y que todo puede funcionar pero, mejor, cuando existe un liderazgo holístico y a la vez humanista.
Es tan importante poner en valor tanto los proyectos como los de la gente que trabaja con ellos. Por esto, y en los tiempos que corren, además de estudiar y copiar modelos de éxito de nuestro tiempo, que en la mayoría no van más allá de la acumulación de ganancias a corto plazo normalmente para el beneficio de pocos, también podrían inspirarse en otros líderes, aunque sean en femenino y sin que su utilidad sea económica, pero cuyos proyectos han durado más de 500 años. Teresa de Ávila empezó con una fundación y 5 monjas y ahora son 1.400 conventos en 120 países con 12.000 monjas y 5.000 frailes.
Aunque como ella misma decía “Cada día me espanta más el poco talento que tengo en todo”. Seguro que añoramos en el mundo de la empresa este coraje, persistencia y congruencia, pero, por fortuna, podemos aprenderlo, y seguro que nos servirá de inspiración para descubrir el misterio de la vida y ser felices en el camino.
NOTA: Destacamos el Premio Miquel Bonet al Directivo con Valores
AEFOL ha instaurado un premio anual que se entrega al profesional de Recursos Humanos que haya destacado por sus valores tanto profesionales como humanos.