¿Cómo las mujeres nos relacionamos con el poder?
Artículo escrito por Nuri Lao, presidenta de l’Observatori, dona, empresa i economia de la Cambra de Comerç de Barcelona.
El concepto de relaciones de poder ha sido estudiado y desarrollado por los autores clásicos de la sociología como Weber, Marx.
Si ponemos el énfasis en el marco de la vida pública y económica, el poder se puede definir como procesos concatenados de formas de intervenir en la vida de otros/as desde un rango y una posición de superioridad (Latarde 1997). Entre quienes participan en este tipo de relación, se pueden dar diferentes tipos de igualdad, dominación y subordinación dando como consecuencia a relaciones de dependencia.
A lo largo de la historia, la mujer se ha relacionado con el poder en una relación de dependencia.
Esto ha sido el resultado de una sociedad cuyo máximo valor ha sido atribuido a los “bienes vitales y económicos” que pusieron al hombre como proveedor, mientras que el trabajo reproductivo y de cuidado fue progresivamente desvalorizándose socialmente, considerando sus actividades no trascendentes, volviéndose invisible.
La reflexión que quiero compartir con todos vosotros es que las mujeres no tenemos experiencia histórica en las relaciones de igualdad de poder. Esto significa que las mujeres tenemos muy pocos referentes femeninos de comportamiento cuando tenemos una posición de poder, dando como resultado a veces, la repetición de patrones anteriores, encontrando a mujeres que nos permeabilizamos y perdemos de vista lo que es realmente importante, lo que puede ayudar a transformar a nuestra sociedad: transcender el individualismo.
Porqué el resultado de la herencia de nuestras generaciones de mujeres nos ha enseñado el valor del trabajo reproductivo y de cuidado: lo importante es hacer un mundo mejor y más justo para nuestros hijos, pero no se nos enseñó estrategias para acceder al poder y ocupar espacios de responsabilidad institucional o empresarial.
No obstante, es verdad que se han ido conociendo en las últimas décadas estilos de liderazgo femenino en la política y que han marcado a una generación de mujeres. Hillary Clinton, Angela Merkel, Theresa May por nombrar a las más poderosas. Sin embargo, siempre nos preguntamos si estas mujeres referentes conectan con los valores que hoy tenemos las mujeres del siglo XXI.
«El poder no vuelve a las mujeres mejores o más sabias, pero sí más útiles y prácticas». Hillary Clinton
En el ámbito de la empresa por ejemplo, se ha escrito mucho sobre el liderazgo femenino y lo que aporta con su presencia y gestión a las organizaciones empresariales: mayor complicidad, solvencia, Impulso de equipos más diversos, gestión financiera más rigurosa y prudente, capacidad para llegar a acuerdos, mayor nivel de receptividad para captar nuevas ideas y propuestas que sumen y se integren en la organización…
Ya es difícil tener referentes de mujeres que conecten con nuestra forma de entender la feminidad y el poder hoy en día, y si le añadimos los obstáculos que encontramos en la participación de las mujeres en los espacios de poder dónde se toman las decisiones, el resultado es que aún estamos lejos de una participación equilibrada de mujeres en la sociedad.
Apenas un 11,7% de los puestos ejecutivos en España los ocupan las mujeres, según un informe de la escuela de negocios EADA. En Catalunya desde el Observatori dona, empresa i economía de la Cambra de Comerç de Barcelona hemos hecho números y publicamos el año pasado el Informe “Dones en els Consells d’Administració de les empreses de Catalunya” que nos proporcionaba una radiografía de la desigualdad desoladora. En Catalunya sólo hay un 4,5% de mujeres en las direcciones generales de empresas y un 8,2% en los Consejos de Administración. Sorprende, no obstante que las mujeres suelen estar mayormente preparadas académicamente.
«Siempre hice algo para lo que no me sentía completamente lista. Creo que así es como una crece. Cuando llega ese momento de ‘Wow, no estoy segura de si puedo hacerlo’ y consigues trascenderlo, entonces tienes un gran avance”. Marissa Mayer, exdirectora ejecutiva de Yahoo.
En Catalunya tenemos una tasa de titulación universitaria de mujeres del 60%. Estos datos confirmar la imperiosa necesidad que tenemos desde las redes de mujeres en, primero, dar a conocer esta información, y en segundo lugar, organizarnos para actuar, poniendo el valor el talento femenino que las empresas catalanas pierden cada año al no integrar en sus direcciones y consejos de administración a más mujeres.
«Nunca soñé con el éxito. Trabajé para llegar a él» Estée Lauder
Necesitamos impulsar i visibilizar más referentes femeninos en los espacios de poder político, social, cultural económico y quizás, construir nuestra propia forma de estar en el poder como mujeres, atendiendo a habilidades y capacidades que nos distinguen de las formas masculinas.
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