La salud cardiovascular, la actividad física y la gestión del dolor ha protagonizado la mesa redonda, apoyada por Pharma Nord, con el Dr. Ramon Brugada, cardiólogo del Centro de Genética Cardiovascular del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGi); la Dra. Eva Ferrer, coordinadora médica de la Unidad de Medicina del Deporte del Hospital de San Juan de Dios, y responsable del área Mujer y Deporte; la Dra. Dolors Soler, especialista en dolor crónico del Instituto Guttmann; y Erika Villaécija García, nadadora olímpica.
El Dr. Brugada quiso concienciar sobre la diferencia en la salud cardiovascular en la mujer y cómo mejorarla. Señalando que aún hay poca concienciación sobre el tema, dio algunos datos significativos como que “las enfermedades cardiovasculares causan 1/3 de las muertes en las mujeres, siendo la causa más frecuente de muerte en este colectivo. En Estados Unidos, muere una mujer cada minuto por esta razón”.
Por eso, Brugada hizo especial énfasis en explicar las diferencias en la salud cardiovascular en la mujer y cómo mejorarla. Por ejemplo, aseguró que “cuando presentan enfermedad cardiovascular, las mujeres tienen de media 10 años más que los hombres, y por lo tanto, más co-morbilidades. Las mujeres con enfermedad coronaria tienen diferentes síntomas -sensación de ahogo, dolor en el cuello, sensaciones raras-. Mientras que los hombres suelen tener los típicos síntomas de libro”. Brugada terminó su ponencia instando a continuar con la investigación para avanzar en este campo.
Dolor crónico
Por su parte, la Dra. Dolors Soler, especializada en dolor neuropático, habló del dolor crónico en relación al género femenino. Soler aseguró que “una clara mayoría de pacientes con dolor crónico son mujeres”. Mostró múltiples estudios sobre la materia, que demuestran prevalencia de mujeres en dolores como migraña, dolor lumbar, de cuello y de rodilla. “Existen varias explicaciones a este fenómeno, que van desde aspectos biológicos como las diferencias hormonales y genéticas hasta socioculturales.”
También quiso incidir en que “las mujeres soportan más el dolor, porque frente al estímulo del dolor derivan más a las emociones, a las áreas de procesamiento de la emoción del cerebro”. Sin embargo, Soler también quiso recalcar que muchos estudios presentan sesgo de género. “Dado que las mujeres con dolor crónico superan en mucho a los hombres, ignorar la biología del dolor específico de la mujer es hacer un gran perjuicio ético a la mayoría de las personas con esta condición”, concluyó.
Actividad física
La mesa contó también con la Dra. Eva Ferrer. Ferrer es coordinadora médica de la Unidad de Medicina del Deporte del Hospital de San Juan de Dios y responsable del área Mujer y Deporte de la misma Unidad. Ferrer analizó las diferentes etapas vitales de la mujer. Cómo en cada una de ellas se tiene diferentes necesidades y cómo la actividad física es básica para obtener aquellos beneficios que cubran las necesidades de cada momento. Su ponencia se centró en dar a conocer cuáles son las mejores actividades para cada etapa. Sobre todo a partir de los 40 años, para sumar salud manteniéndose activa.
De actividad física habló también la nadadora Erika Villaécija, que cerró la mesa. Villaécija explicó sus experiencias en primera persona como deportista de élite. Habló de algo tan importante como el llamado “entrenamiento invisible”, para prevenir lesiones: dormir y comer bien, hacer estiramientos, calentamientos, recuperación activa y pasiva, etc. Tanto Villaécija como el resto de ponentes de la mesa coincidieron en una cosa: la actividad física es positiva pero siempre bajo control y supervisión médica, adaptándola a cada caso y persona, según su edad y circunstancias.