Incorporar círculos de apoyo en nuestras vidas para generar poder
Artículo de Anna Gener Surrell, directora de Aguirre Newman Barcelona
Uno de los mayores tesoros que tengo en mi vida son los círculos de amigas a los que pertenezco: el de mi infancia, el de mis veranos de adolescencia, el de mi vida laboral y los que he ido incorporando en las circunstancias más insospechadas. Mujeres que he encontrado cual tesoros inesperados y que he tenido la inmensa suerte de incorporar a mi vida.
Obviamente, no siempre se produce la deseada “conexión». No todas las mujeres que conocemos entran en nuestro corazón y nos despiertan emociones positivas. Hay ocasiones en las que competimos entre nosotras, la mayoría de las veces sin saber muy bien por qué, y casi siempre sin ningún tipo de lógica. A veces nos da por juzgar, por ser frías y por tener comportamientos bastante vergonzosos entre nosotras.
Son aquellas ocasiones en las que se manifiesta una nefasta memoria atávica, de cuando hace millones de años, competir significaba sobrevivir. Por favor, evolucionemos ¡Dejemos atrás este comportamiento prehistórico! Démonos cuenta que nuestra fuerza está justamente en los vínculos que sepamos crear con otras personas.
Cuando las mujeres entramos en sincronía y compartimos emociones, la conexión que se crea entre nosotras es profunda y espiritual. Compartimos nuestros miedos, ilusiones, sueños. Nos permitimos mostrarnos vulnerables y nos animamos entre nosotras para ser valientes. El intercambio de energía que se produce es espectacular.
Cada una de las mujeres a las que estoy unida en esta suerte de ecosistemas emocionales me configura, porque están dentro de mí. En gran parte, soy como soy debido a su influencia, su apoyo, su consejo y sobre todo, su cariño.
Y puedo constatar que estar en contacto con estas mujeres me ha hecho más fuerte de lo que era y me ha dado una seguridad que no tenía. Su ejemplo y su influencia me hacen ser mejor madre, mejor compañera, mejor profesional, mejor persona en definitiva.
Y me hace feliz pensar que yo también estoy en su interior, prestándoles mi apoyo, mi consejo y mi cariño.
Estos círculos de amistad devienen poderosos cuando el objetivo no es sólo pasarlo bien, sino apoyarse y ayudarse de manera explícita.
El grupo deviene en zona de confort en la que realmente puedes ser tú misma, en la que te puedes despojar de tus máscaras, puedes mostrarte vulnerable y desnudar tus emociones sin miedo. Porque sientes que las mujeres que conforman tu círculo te protegen y buscan tu bienestar.
Los impresionantes beneficios que estos grupos de mujeres han traído a mi vida me han llevado a buscar literatura sobre el poder de la amistad entre mujeres y sobre la mágica energía que se genera en los grupos de mujeres que tienen una fuerte conexión entre sí. Aunque lo sospechaba, me ha encantado constatar que la ciencia avala que las mujeres que forman parte de grupos femeninos sólidos disfrutan de mejor salud física y psicológica, tienen una vida más longeva y son más felices que las personas que no disfrutan de esta red de apoyo.
Toda la energía que estos círculos de mujeres son capaces de crear no es otra cosa que poder. El poder que te da sentirte apoyada, acompañada, querida por un colectivo al que estás involucrada afectivamente. Es importante no sólo para mejorar nuestras vidas, si no para mejorar las de nuestros hijos y las de nuestro entorno.
No es una utopía, está en nuestras manos. Dejemos de competir, conectémonos y ayudémonos.
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