La Igualdad en la cultura, entrevista a Ma Àngels Cabré, escritora, crítica literaria y Directora del Observatorio Cultural de Género.
Ma Àngels Cabré es Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona, Erasmus en la Universidad de Florencia y Master en Humanidades (Literatura Comparada) por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
En la actualidad colabora en el «Cultura/s» de La Vanguardia, El País, las revistas Letras Libres y M-arte y cultura visual, y también en Radio 4 (RNE), donde es colaboradora habitual del programa cultural «Wonderland». Ha publicado una biografía del poeta catalán Gabriel Ferrater, la novela El silencio (2008), que está siendo llevada al cine, y los libros de poemas Gran amor(2011) y Si se calla el cantor (2012). Especializada en mujeres y cultura, es autora de los los ensayos Leer y escribir en femenino (2013, prólogo de Laura Freixas) y A contracorriente. Escritoras a la intemperie del s. XX (2015). Está a punto de llegar a las librerías su último libro, Wonderwomen. 35 retratos de mujeres fascinantes.
¿En qué obras te has inspirado en tu vida profesional y personal?
Todos los libros que he leído, que son bastantes, me han influido seguro (los buenos y los malos, para bien o para mal). Pero la inspiración viene de aquellos que dejan huella. En mi caso, lecturas adolescentes como Mujercitas, de Louisa M. Alcott (que también influyó en Simone de Beauvoir, ahí es nada), y después la obra sobre todo de escritoras, como Isak Dinesen o Marguerite Duras, que no sólo me hicieron disfrutar sino que me transmitieron la convicción de que se podía ser mujer y buena escritora, cosa que muchos aún ponen en duda.
¿Por que escribimos los seres humanos? ¿Qué impulso, qué razón ves en el hecho de escribir?
Escribimos al igual que pintamos, esculpimos o creamos en general, movidos por un impulso que nos lleva más allá de la mera supervivencia a querer explicar cómo vemos el mundo y cómo nos vemos a nosotros mismos en relación con el mundo y con los demás. Escribimos para pensarnos, para ser más hondamente, para no pasar por la vida de puntillas. La creación es eso, querer ir más allá de nacer, vivir y morir.
¿Qué hace una crítica literaria?
Debería contestar que lo que le dejan, pues la crítica literaria no existe sin los medios de comunicación que le permiten llegan a los lectores (los periódicos, las radios, etc…). Su misión es ayudar a los lectores y las lectoras a construirse un criterio, a orientarse por la selva de los libros. Lamentablemente en este país la crítica es altamente deficitaria porque no se nos permite más que ejercer de amables comentaristas de algunos libros previamente escogidos por instancias superiores. Eso sí, lo que hace una crítica literaria que se precie es leer mucho e intentar estar al día de lo que se publica (tarea a veces agotadora), poniéndolo en relación con lo que se publicó en el pasado.
¿Quién crees que lee más, los hombres o las mujeres? ¿O la pregunta debería ser quién lee contenidos de mayor calidad?
Hay buenos y malos lectores y su sexo no determina la calidad de lo que leen. Si a las lectoras algunos las imaginan leyendo novelitas románticas dudosas, a los lectores se los imaginan leyendo best sellers históricos o policíacos igualmente dudosos. Aunque la realidad es que tanto las lectoras como los lectores leen lo que les dicta el mercado, y esas suelen ser lecturas poco edificantes, cosa que es una lástima.
Eso sí, yo en el transporte público veo leer sobre todo a las mujeres, de ahí que piense que ellas leen mucho más.
¿Qué diferencias ves entre la cultura digital y la analógica o en papel? Virtudes y defectos de ambas.
No tengo ebook y me da una pereza inmensa, aunque imagino que cualquier día sucumbiré a él por pura comodidad, sobre todo para los viajes. Pero confieso que me gusta coleccionar libros y que estoy acostumbrada a las paredes tapizadas de volúmenes multicolores. A eso espero no renunciar nunca porque la magia de la lectura en soporte papel no la tiene ni de lejos leer en una pantalla.
Que la cultura digital es un avance es innegable y también que las historias que se leen son las mismas que en papel. Pero la cerveza embotellada siempre será más buena que la enlatada…
¿El clásico formato de libro en papel desaparecerá con el tiempo? ¿Cómo crees que afectará a la industria editorial?
Ni yo creo que desaparezca ni lo creen a día de hoy los editores, que ven como las descargas electrónicas de libros siguen siendo una parte muy residual del mercado y no incrementan sustancialmente sus cuentas de resultados. De todos modos, quizás se deba a que tienen un precio demasiado elevado y que deberían ajustarlo. Los editores, antes o después, van a tener que cambiar el chip y eso, sin duda, supondrá un cambio en el sector que esperemos que no sea tan traumático como el que ha tenido lugar en la industria musical.
¿Cómo está considerada la literatura escrita por mujeres?
Por muy excelentemente que escriban las mujeres, sus obras se siguen considerando de segunda categoría, salvo excepciones que quienes hacen el canon no se atreven a despreciar (premios Nobel extranjeros, alguna autora puntual y poco más). Mientras las mujeres lean a autores y autoras, y en cambio los hombres sólo a otros hombres, como sucede, estando el canon hecho por hombres aún hoy, no nos quedará más remedio que batallar para que se nos trate en igualdad. La literatura es buena o mala y el sexo de quien la practica nada tiene que ver.
¿Cuántas autoras de best sellers has leído?
Tengo la suerte de vivir al margen del mainstream y prescindir de los best sellers, a no ser que sean de excelente calidad (cosa que sucede alguna que otra vez, aunque pocas). De hecho, cuando hojeo alguno porque lo están leyendo personas cercanas, me digo que ya les vale a los editores vender productos tan mediocres.
Pero si me preguntáis por los best sellers de calidad, como los grandes libros de mujeres que se han convertido en clásicos de la literatura, creo que he leído todos los más significativos, de Murasaki Shikibu a Virginia Woolf pasando por Mercè Rodoreda.
La desigualdad en la cultura
¿Por qué un Observatorio Cultural de Género? Su misión y objetivos.
En 2013 puse en marcha el OCG porque creí que era absolutamente necesario disponer de un instrumento que denunciara la infrarrepresentación de las mujeres en los diferentes sectores culturales e impulsara actividades donde las mujeres fueran protagonistas, que son sus dos principales objetivos. La realidad es que se presta muy poca atención a la cultura hecha por mujeres (lo que se traduce en su infrarrepresentación) y que a nadie parece importarle, lo cual es doblemente preocupante.
«El siglo XXI no ha traído un incremento sustancial
en la visibilidad de las mujeres creadoras de cultura»
¿Puedes hacer un balance contrastado del siglo XX y de principios del siglo XXI?
El siglo XXI no ha traído un incremento sustancial en la visibilidad de las escritoras, ni de las cineastas, ni de las dramaturgas, ni de las artistas plásticas, etc. Por el contrario, la situación se ha enquistado y parece no avanzar. Quizás en los últimos años se advierte un interés mayor por introducir contenidos “femeninos” en los medios, que sin duda tiene mucho que ver con la crisis que estos están viviendo, que los obliga reinventarse. Tal vez sea una puerta abierta a una mayor visibilidad, pero sin políticas activas y sin una concienciación social no se producirá el milagro de situar a las mujeres en los espacios que les corresponden.
La responsabilidad de los medios es mucha, cierto, pero es desde la política que se debe garantizar su justa representación.
¿Qué estrategias propones para alcanzar la paridad también en el ámbito de la cultura?
Al igual que ha sucedido en otros campos, como la política, donde no había mujeres y ahora las hay en un porcentaje nada desdeñable (aunque aún no en paridad), hay medidas que serían eficaces a corto y medio plazo y que sólo necesitan del compromiso político de nuestros gobernantes con la igualdad, hasta ahora inexistente.
En primer lugar es necesario hacer un retrato de la desigualdad destinado a saber en qué disciplinas fallamos más y que ese retrato cale en la sociedad, que sirva de ejercicio de reflexión. Y en segundo lugar, hace falta impulsar la cultura hecha por mujeres con medidas efectivas. Por el camino, habría que incorporar al canon la genealogía femenina y obligar a los centros culturales públicos a dar espacio a las mujeres aspirando, en la medida de lo posible, a la paridad, que ya toca.
¿Y qué agentes sociales, institucionales y operadores de la cultura deben implicarse en ello?
Todos y cada uno, pero en primer lugar las instituciones públicas, que son las responsables de que se cumpla la Ley de Igualdad que aprobó el Parlamento Español en 2007, a nivel estatal, y en Cataluña en julio del 2015, a nivel autonómico. Bastaría seguir estas leyes al pie de la letra para solventar una situación de desigualdad a estas alturas intolerable.
¿Existen algún estudio documentado que confirme que las mujeres de mayor poder adquisitivo compran más libros (o se los descargan online) y leen más?
Desconozco si existe algún estudio concreto, pero es evidente que cualquier compra está vinculada al poder adquisitivo. Para comprar libros hay que tener el hábito de hacerlo y disponer asimismo del presupuesto necesario. Mi experiencia personal me dice que a mayor poder adquisitivo más compras de libros, sí, pero no necesariamente de libros que son leídos sino a menudo hojeados o regalados.
¿A más formación más hábito de lectura?
Sí, eso es evidente. La lectura es un acompañamiento imprescindible en la vida de una persona culturalmente formada, lo que no quita que personas altamente formadas en sus respectivas profesiones, exceptuando a las humanistas, no lean ni un libro al año. Pero para mí eso no son personas con mucha formación sino personas especializadas en alguna disciplina, que no es lo mismo.
¿Qué crees que podemos hacer en un formato como el del Women 360° Congress para contribuir en esa misión de trabajar por la igualdad en la cultura?
Del mismo modo que dais espacio a mujeres empresarias, os invito a visibilizar a las mujeres de la cultura, del ámbito que sea, cosa que permite acercarse a sus obras, a sus procesos de trabajo y a sus carreras. La cultura no deja de ser un ámbito profesional más y tiene sus propias dinámicas y reglas, en muchos casos adversas a las mujeres. Interesarse por ellas puede ayudar a otras mujeres a sumarse a un sector siempre ávido de nuevos talentos que lo sigan alimentando y nos sigan haciendo la vida más interesante.
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